Ayer te volvía a ver,
y tú estabas tan radiante,
como el más puro diamante
que haga resplandecer.
Ayer te volvía a ver,
y tus ojos relucían
y recuerdos me traían
de esas tardes de placer.
Ayer te volvía a ver,
y tu sonrisa preciosa
se parecía a una rosa
que se debe complacer.
Ayer te volvía a ver,
y eso me trajo los sueños
de mis ociosos empeños
de volverte a querer.
Ayer te volvía a amar,
y volvieron los latidos,
se nublaron mis sentidos,
por fin volví a soñar.
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