Encrucijada
Quedé parado en una encrucijada,
debatiendo cuál sería la vía
que para mí fuese más acertada.
Se me presentaban varios caminos
y se me abrían duras decisiones,
pues eran muy distintos los
destinos.
Mas sólo uno de ellos era el
seguro,
todos los demás eran peligrosos,
por lo cual yo me mostraba
inseguro.
Se me abrían varias alternativas,
era distinto el final de trayecto,
tal como diversas las
perspectivas.
Debía, pues, elegir el correcto,
ya que si tomase el equivocado
al desastre me llevase directo.
Pues me encontraba en una
encrucijada,
y muchas resultaban las opciones,
pero tan sólo una era la acertada.
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