Verdes, verdes son tus ojos, niña,
como el mar en el atardecer,
verdes como hojas en primavera.
Verdes son tus pupilas, mujer,
como la esmeralda lisonjera,
verdes como lo es la hierbabuena.
Pues verde es tu preciosa mirada,
como la naturaleza plena,
verdes como manzana colgada.
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