Todo lo que quisiera

Todo lo que quisiera

Y ver tus castaños ojos,

y mirar tu fiel sonrisa,

y admirar tus labios rojos,

y contemplar tu tez lisa,

es todo lo que quisiera,

si contigo yo estuviera.

Y tocar tu tez morena,

coger tus manos blanquillas,

tantear tu oscura melena,

acariciar tus mejillas,

es todo lo que yo quiero,

y sin ti me desespero.

Besar tus labios melosos,

gustar tu cara rosada,

saborear tus senos briosos,

placer tu piel delicada,

es todo lo que querría,

siempre que tú fueras mía.

Te miré, tú me miraste

Te miré, tú me miraste

Te miré, tú me miraste,

surgió un cruce de miradas,

y mis pupilas clavadas,

y mientras tú no dudaste,

con tu brillo me irradiaste.

Nuestras miradas desnudas,

no dejaban mostrar dudas,

y tu mirada era un poema,

mientras la mía un esquema,

pero nuestras bocas, mudas.

Como te siento

Cuando te siento

Cuando escucho tu voz,

me desconcierto.

Cuando miro tu rostro,

veloz despierto.

Cuando huelo tu perfume,

quedo extasiado.

Cuando toco tu piel,

lejos me evado.

Cuando gusto tus labios,

creo que es un sueño.

Por ti de mis sentidos

no soy su dueño.

A Venus

A Venus

¡Oh Venus, la más bella de las diosas,

tú quien en la isla de Chipre naciste

y de la sangre de Urano emergiste,

tú quien al dios del amor engendraste,

que a las divinidades del Olimpo

encandilaste con tu gran belleza

y que destacaste por tu destreza

cuando a los hombres heroicos amaste!

¡Oh diosa del amor y la belleza,

cuántas veces antes se te ha alabado,

con cuántos templos se te había honrado,

cuántas estatuas en tu honor se crearon,

cuántos altares para ti se hicieron,

a cuántos grandes poetas inspiraste,

cuántas hazañas protagonizaste,

oh diosa, cuántos son los que te amaron!

Amor, sueño de la vida

Amor, sueño de la vida

Amor, tú eres el sueño de la vida.

En las ilusiones está tu sino,

en el placer se encuentra tu camino,

y en los corazones se halla tu herida.

Tu sombra es ansiada y, a la vez, temida,

pues nubla la mente, ciega la vista;

aunque del odio y del rencor se dista,

en la enfermedad está tu medida.

Amor, tú eres el sueño de la vida.

Sólo tú llenas de vida los sueños

y los corazones de vivos empeños.

Sólo tú alegras toda alma perdida

y sanas con sazón cualquier herida.

También llevas al cuerdo a la locura

y, asimismo, lo horrible a la hermosura.

Despierta Amor, que mi alma está dormida.